Tus
primeros años de vida determinarán quien serás y como serás, las
experiencias que viviste afectaran la información intelectual,
emocional, psicológica y física en tú futuro.
Los problemas
vividos de los 0 a los 7 años con nuestros padres explican
en un alto grado cómo será nuestra futura calidad de vida y cómo
ello influirá en nuestro bienestar y ante nuestras dificultades.
Es
aquí donde se generan
5 tipos de personalidad partiendo de las 5 heridas de la infancia
básicas:
Rechazo
Abandono
Humillación
Traición
Injusticia
Si
tuviste dificultades con tu progenitor de sexo contrario, tendrás
dificultad para recibir amor, mientras que si tu progenitor del mismo
sexo no ha sido un buen modelo, tendrás dificultad para expresar
amor y amarte a ti mismo.
Y
esas dificultades, con toda probabilidad, se perpetúan en la edad
adulta a no ser que sean sanadas. Surge en la infancia cuando el
niño se siente traicionado por alguno de sus progenitores. La manera
principal de traición es cuando sus padres no suelen cumplir las
promesas que hacen al hijo. Se intensifica cuando la conducta se
sufre con el progenitor del mismo sexo.
1
Herida de la infancia: rechazo
Es
una herida muy profunda que cuando la sufres, te sientes rechazado en
tu interior y vives una idea equivocada respecto al derecho a
existir. Se origina y es mucho más intensa cuando es producida por
el progenitor del mismo sexo. Suele suceder cuando el bebé llega por
sorpresa y en la primera etapa del proceso uno o los dos
progenitores lo
viven como un fastidio en ese preciso momento, o
bien porque existe
verdadero rechazo por parte de uno de ellos.
Los
pensamientos principales son;
Su
principal conducta es
la de huidizo. Tiende
a huir de las situaciones desagradables. No es muy partidario a
socializar y tiende a abandonar lo que inicia. No se apega a las
cosas ni a las personas. Considera sus relaciones y su dinero útiles
aunque no le generan placer.
No
sirvo para nada, lo que digo no le importa a nadie, no sé
para que participo, no tengo capacidad para hacer esto, soy malo para
esto, nadie me escucha…
Éstos
son los tipos de pensamientos que tiene y la forma de expresarse
ante una dificultad. Requiere
trabajar las
situaciones que le generan pánico, sus miedos internos y sus
temores. Afecta
a la persona en el nivel del SER.
2
Herida de la infancia: abandono
Generalmente
se origina a raíz de los padres que están ausentes la mayoría del
tiempo, que trabajan todo el día o ante la llegada de un nuevo
hermano. También sucede cuando te aíslan en una parte de la casa la
mayor parte del tiempo. Es mucho más intenso cuando se vive con el
progenitor del sexo opuesto.
Sus
pensamientos son de aislamiento, de abandono y de víctima. Se
orientan en un alto grado hacia la soledad. Su principal conducta es
la de dependiente. Su
mayor temor es la soledad y no soporta estar a solas consigo mismo;
al final acaba estando solo.
Características:
Es
retraído
No
le gusta el contacto con los demás.
Genera
un verdadero drama ante una mínima situación sin importancia.
Solicita
y busca el apoyo de los demás ante los conflictos.
No
estoy dispuesto a soportarlo más, nadie me apoya en esto, nadie me
ayuda, prefiero estar solo, tú verás lo que haces, si abandonas no
vuelvas…,
Son
sus modos de comunicarse ante un problema. Requiere trabajar sus
temores más intensos, su miedo a la soledad y su rechazo al contacto
físico. Afecta
al TENER y al HACER.
3
Herida de la infancia: humillación
Ocurre
en cualquier ámbito durante la infancia. Se da en las situaciones
repetitivas en las que te avergüenzan, te gritan, te humillan y te
comparan. Se genera tanto en el entorno familiar como en el entorno
social. Se hace más fuerte cuando estas conductas provienen de la
madre.
Los
principales pensamientos son:
Los
procesos mentales se enfocan en querer poner solución a los
problemas de los demás abandonando los intereses propios, cosa que
hace justificar y reafirmar su humillación. La conducta principal
es de dependiente.
Características:
No
lo merezco, no soy digno, soy muy poca cosa para esto, no tiene
importancia…
Son
algunos modelos que usa habitualmente para expresarse. Requiere
trabajar la
dependencia, la libertad y el desapego. Es lo que más desea y a la
vez lo que más teme.
4
Herida de la infancia: traición
Los
principales pensamientos son de traición lo que genera que deriven
en sentir envidia de los demás por no merecer lo que tienen. Suelen
ser muy rígidos con la consecuencia de ser difícil poder cambiar la
manera de pensar.
La
principal conducta es
la de controlador.
Características:
Le
gusta tener el control sobre los demás para así evitar ser
traicionado.
Su
carácter es fuerte para justificar su capacidad de control y le
gusta manejar grupos.
Los
mayores miedos del controlador son el disociarse de sí mismo y
separarse o perder a su pareja.
Suele
confirmar sus principales temores provocando que se produzcan.
Permítete terminar,
aún no he acabado de hablar, ¿me entiendes, verdad?, ten confianza
en mí, déjame que lo haga solo, yo lo sé hacer bien, justamente es
lo que quiero, exactamente es lo que tienes que hacer, tienes lo que
te mereces…
Es
la forma común de comunicación del controlador. Requiere
trabajar su
paciencia, su tolerancia y vivir el momento presente. Aprender a
estar sólo y a delegar responsabilidades de manera efectiva y
confiada son sus principales retos.
5
Herida de la infancia: injusticia
Se
origina en un entorno en el que los progenitores son fríos en sus
relaciones y de conductas severas. Ocurre en la infancia cuando
comenzamos a vivir nuestra integridad como persona. Los padres
comienzan a exigir demasiado al hijo. Es más fuerte si el origen es
con el progenitor del mismo sexo.
Suelen
ser estrictos consigo mismos y tener pensamientos de comparación con
los demás y con ciertos indicios de auto-sabotaje. Buscan la
exactitud. No es posible que otros tengan lo que a mí me ha costado
tanto trabajo, son pensamientos que suelen rondar por su cabeza.
Su
principal conducta es
la rigidez.
Características:
Intentan
ser muy importantes
Proyectar
fuerza y poder.
Fanáticos
del orden y de conducta perfeccionista
Solo
confían en sí mismos
Les
cuesta tomar acción.
Le
gusta dar órdenes y dirigir.
Justamente
eso es lo que quiero, exactamente es lo que debes hacer, creo que es
justo, estás de acuerdo conmigo… es
la manera de comunicar más común.
Requiere
trabajar su
desconfianza y su rigidez mental. Generar flexibilidad y confianza
hacia los demás es su mayor reto.
Ahora
que ya conoces las 5 heridas de la infancia que pueden estar
afectando a tu bienestar y sus personalidades asociadas.
¿Con
cuáles de ellas te caracterizas?
Analizar
estos tipos de conductas y reconocerlos en nosotros mismos es el
primer paso para sanarlos.